Algunos papás hicieron magdalenas, otros más galletas, muñecas...
Los niños tejieron animales con lana, otros se hicieron con fieltro, pelotas, farolitos...Puse a la venta algo que había guardado durante veinticuatro años: unos mantelitos bordados que me habían regalado unas salvadoreñas en los campamentos de refugiados. Con la venta de estos mantelitos llegaría a sus nietos o hijos, ahora, el fruto de su labor.
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