martes, 29 de septiembre de 2009

VIAJE A EL SALVADOR , país de contrastes II

Las champitas en las que vive la mayoría de la población, en las zonas rurales o en las zonas urbanas más pobres.
Casitas hechas de adobe o de bloques de cemento, cuando se tienen los medios. Las primeras son vulnerables en la época de lluvías, las segundas demasiado calurosas, con sus techos de uralita, en la época seca.
Mercados bulliciosos y calles abarrotadas en los núcleos urbanos. Colorido, vida, roce, lugares extremadamente poblados y contaminados.
Zonas rurales tranquilas y aisladas, en las que el tiempo parece detenerse y la palabra progreso parece caducada hace mucho...Tanto como tiempo hace que los que creían poseer la verdad, sobre lo humano y lo divino, se lo arrebataron todo. Casi todo, pues lo Esencial no pudieron quitárselo, ni siquiera a golpe de espada castellana...
Pero hablar de El Salvador es hablar del FMLN y de revolución y de guerra. Ahora, con la esperanza de que el recuerdo de la guerra solo perdure para que no vuelva a suceder. Para que el pueblo no permita que los poderosos, de dentro y fuera de sus fronteras, vuelvan a negarle el derecho a vivir en paz y con dignidad.
Por eso para los salvadoreños Farabundo Martí y Ernesto Guevara son pare de los padres de la patria, junto con los miles de mártires anónimos de este pueblo.
Pero si aman a un mártir, no anónimo, ese es Monseñor Romero. El dijo: "Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño"y doy fe de que así ha sido. Monseñor está en cada pueblo, cantón, iglesia y hogar; monseñor está vivo en el corazón y la esperanza de los salvadoreños. El fue de verdad la voz de los sin voz.

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